5 de Mayo de 2015.
Por: Hans Schulz- Federico Silin para B2000.
Créditos / Fotografías de: Arribo del FFCC a Bariloche el 5.5.1934 – Colección Capraro – AVP).
5 de mayo 1934.
Un día como hoy, hace 81 años llegaba el primer ferrocarril a Bariloche, que aún continúa uniendo el mar con la cordillera. Un atractivo informe de Hans Schulz con fotografías antiguas de Archivo Visual Patagónico.
I
“El 5 de mayo de 1934 el pueblo de San Carlos de Bariloche estaba completamente desierto. Ni un habitante en las calles, ni en las casas. Parecía que por arte de encantamiento todos las hubieran abandonado. ¿Qué estaba pasando? La población en masa se había trasladado a la recién terminada estación de ferrocarril para asistir a la llegada del primer tren. Para muchos sería la primera oportunidad de ver una locomotora y vagones.” (1)
De esta manera y en una forma tal vez un poco novelada cuenta el investigador Juan M. Viedma la llegada del tren a Bariloche. Si no fue exactamente así la descripción seguramente se acerca mucho a la realidad. Para los habitantes de aquel pueblo del lejano sur la llegada del tren significó un punto de inflexión ya que la región se incorporaba definitivamente a la Argentina. Junto a la posterior creación definitiva del Parque Nacional y el desarrollo de la infraestructura turística a escala nacional e internacional la llegada del ferrocarril anunciaba el final de una época.
II
Pero el 5 de mayo del año 1934, en Bariloche, significaba también el final de un largo proceso de planificación y desarrollo que había comenzado con la sanción de la Ley 5599 “de Fomento de los Territorios Nacionales” en agosto de 1908. Impulsada por el ministro Ezequiel Ramos Mexia, la ley contemplaba la construcción de una amplia red de ferrocarriles para el norte de la Patagonia con el fin último de fomentar el desarrollo agro-ganadero industrial y exportador de la región. En síntesis diseñaba un red ferroviaria que en el futuro uniría en un gran circuito regional a los puertos de Comodoro Rivadavia, Madryn y Deseado con una serie de ciudades cordilleranas incluida Bariloche. El Ferrocarril de Puerto Deseado, al norte de la provincia de Santa Cruz, llegó a la localidad de Las Heras en el año 1912. El Ferrocarril del Nahuel Huapi, a Jacobacci, en 1917. Para ese entonces la Comisión de Estudios Hidrológicos a cargo del geólogo norteamericano Bailey Willis ya había suspendido sus trabajos y Exequiel Ramos Mexía ya no era ministro de Obras Públicas de la Nación. Las ideas desarrollistas al estilo norteamericano para la Patagonia Norte dejaron lugar entonces a las filosofías de cuño exportador que fomentaba nuestro socio inglés: lana y carne para su mercado. En una interesante crónica autobiográfica publicada en el año 1947 Bailey Willis detalla sus peripecias como geólogo en territorio argentino entre 1911 y 1915 y da una clara idea de cuáles eran las filosofías político-económicas que estaban en pugna durante aquellos años fundacionales de la Patagonia. (2) Lo cierto es que el proyecto perdió impulso. El ferrocarril del Deseado junto a los demás ferrocarriles que llevaban del Atlántico a la Cordillera de los Andes ya no se continuó. En cuanto al del Nahuel Huapi, se tardaron 12 años para avanzar desde el actual jacobacci hasta Pilcaniyeu, que siguió siendo “Punta de rieles” hasta el año 1934, cuando finalmente las vías del tren llegan hasta Bariloche.
III
A los interesados en el tema les recomiendamos leer y estudiar la cartografía de la monumental obra de Bailey Willis: “El norte de la Patagonia” (1914). Es una buena introducción al tema. Como un excelente complemento a la labor desarrollada como geólogo bien vale la pena leer también su autobiografía “Un yanqui en la Patagonia” (1947), en donde describe con humor y fina ironía la trastienda de la política argentina y los intereses de clase que estaban en juego para que los proyectos desarrollistas no se llevaran a cabo. En cuanto a lo local y para tener una idea de la escala cotidiana del proyecto vale la pena leer el diario de viaje de Leonhard Ardüser, publicado en castellano por su hijo Jorge en el año 2004. Lleva el subtítulo de: “Su trabajo y sus vivencias a la par de la construcción del ferrocarril, en la hoy llamada “Línea Sur” desde San Antonio al lago Nahuel Huapi en 1911-1912.” (3)
Notas
(1) Viedma, Juan M.; Crónica histórica del Lago Nahuel Huapi, Del Nuevo Extremo, Bs. As.; 2003
(2) Bailey Willis; Un Yanqui en la Patagonia, Buenos Aires, Sudamericana, 2001 (Original en inglés, 1947)
(3) Ardüser, Jorge, Un suizo en la Patagonia, Imprenta Bavaria, Bariloche, 2004.
http://bariloche2000.com/noticias/leer/llega-el-ferrocarril/91204
Por: Hans Schulz- Federico Silin para B2000.
Créditos / Fotografías de: Arribo del FFCC a Bariloche el 5.5.1934 – Colección Capraro – AVP).
5 de mayo 1934.
Un día como hoy, hace 81 años llegaba el primer ferrocarril a Bariloche, que aún continúa uniendo el mar con la cordillera. Un atractivo informe de Hans Schulz con fotografías antiguas de Archivo Visual Patagónico.
I
“El 5 de mayo de 1934 el pueblo de San Carlos de Bariloche estaba completamente desierto. Ni un habitante en las calles, ni en las casas. Parecía que por arte de encantamiento todos las hubieran abandonado. ¿Qué estaba pasando? La población en masa se había trasladado a la recién terminada estación de ferrocarril para asistir a la llegada del primer tren. Para muchos sería la primera oportunidad de ver una locomotora y vagones.” (1)
De esta manera y en una forma tal vez un poco novelada cuenta el investigador Juan M. Viedma la llegada del tren a Bariloche. Si no fue exactamente así la descripción seguramente se acerca mucho a la realidad. Para los habitantes de aquel pueblo del lejano sur la llegada del tren significó un punto de inflexión ya que la región se incorporaba definitivamente a la Argentina. Junto a la posterior creación definitiva del Parque Nacional y el desarrollo de la infraestructura turística a escala nacional e internacional la llegada del ferrocarril anunciaba el final de una época.
II
Pero el 5 de mayo del año 1934, en Bariloche, significaba también el final de un largo proceso de planificación y desarrollo que había comenzado con la sanción de la Ley 5599 “de Fomento de los Territorios Nacionales” en agosto de 1908. Impulsada por el ministro Ezequiel Ramos Mexia, la ley contemplaba la construcción de una amplia red de ferrocarriles para el norte de la Patagonia con el fin último de fomentar el desarrollo agro-ganadero industrial y exportador de la región. En síntesis diseñaba un red ferroviaria que en el futuro uniría en un gran circuito regional a los puertos de Comodoro Rivadavia, Madryn y Deseado con una serie de ciudades cordilleranas incluida Bariloche. El Ferrocarril de Puerto Deseado, al norte de la provincia de Santa Cruz, llegó a la localidad de Las Heras en el año 1912. El Ferrocarril del Nahuel Huapi, a Jacobacci, en 1917. Para ese entonces la Comisión de Estudios Hidrológicos a cargo del geólogo norteamericano Bailey Willis ya había suspendido sus trabajos y Exequiel Ramos Mexía ya no era ministro de Obras Públicas de la Nación. Las ideas desarrollistas al estilo norteamericano para la Patagonia Norte dejaron lugar entonces a las filosofías de cuño exportador que fomentaba nuestro socio inglés: lana y carne para su mercado. En una interesante crónica autobiográfica publicada en el año 1947 Bailey Willis detalla sus peripecias como geólogo en territorio argentino entre 1911 y 1915 y da una clara idea de cuáles eran las filosofías político-económicas que estaban en pugna durante aquellos años fundacionales de la Patagonia. (2) Lo cierto es que el proyecto perdió impulso. El ferrocarril del Deseado junto a los demás ferrocarriles que llevaban del Atlántico a la Cordillera de los Andes ya no se continuó. En cuanto al del Nahuel Huapi, se tardaron 12 años para avanzar desde el actual jacobacci hasta Pilcaniyeu, que siguió siendo “Punta de rieles” hasta el año 1934, cuando finalmente las vías del tren llegan hasta Bariloche.
III
A los interesados en el tema les recomiendamos leer y estudiar la cartografía de la monumental obra de Bailey Willis: “El norte de la Patagonia” (1914). Es una buena introducción al tema. Como un excelente complemento a la labor desarrollada como geólogo bien vale la pena leer también su autobiografía “Un yanqui en la Patagonia” (1947), en donde describe con humor y fina ironía la trastienda de la política argentina y los intereses de clase que estaban en juego para que los proyectos desarrollistas no se llevaran a cabo. En cuanto a lo local y para tener una idea de la escala cotidiana del proyecto vale la pena leer el diario de viaje de Leonhard Ardüser, publicado en castellano por su hijo Jorge en el año 2004. Lleva el subtítulo de: “Su trabajo y sus vivencias a la par de la construcción del ferrocarril, en la hoy llamada “Línea Sur” desde San Antonio al lago Nahuel Huapi en 1911-1912.” (3)
Notas
(1) Viedma, Juan M.; Crónica histórica del Lago Nahuel Huapi, Del Nuevo Extremo, Bs. As.; 2003
(2) Bailey Willis; Un Yanqui en la Patagonia, Buenos Aires, Sudamericana, 2001 (Original en inglés, 1947)
(3) Ardüser, Jorge, Un suizo en la Patagonia, Imprenta Bavaria, Bariloche, 2004.
http://bariloche2000.com/noticias/leer/llega-el-ferrocarril/91204
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