lunes, 27 de junio de 2022

La llegada del ferrocarril, el punto clave en la fundación de Fray Luis Beltrán

lunes, 27 junio 2022.

Por:Julieta Luz Carnevale.

Fray Luís Beltrán.
Este 28 de junio se cumplen 130 años desde que el gobierno provincial autorizó la construcción de la Estación de Trenes en las tierras de Borghi, hito fundacional de la localidad que luego pasó a llamarse Fray Luis Beltrán.

 

Cada 28 de junio la ciudad se viste de fiesta, se conmemora un año más de la “fundación” de Fray Luis Beltrán, en aquellos tiempos Puerto Canaletas, o también llamada Puerto Borghi.

Todo comenzó con la llegada del italiano Luis Domingo Borgui a Argentina. Trabajó las tierras, las cultivó con trigo constituyéndose en uno de los primeros colonos en utilizar este cereal en tierras santafesinas. Además, cultivó el maíz. En 1880, llegó a Argentina su hermano Carlos, que trabajó junto a él. Un año más tarde, el éxito de su labor perseverante le permitió adquirir en propiedad más de 300 hectáreas, donde actualmente se encuentra la ciudad.

En 1887, comenzó con la construcción del puerto a orillas del río Paraná que adquirió gran importancia en la exportación de quebracho y azúcar de melaza. El denominado Puerto “Canaletas” se hizo famoso. El pueblo se fue convirtiendo en un asiento de importantes industrias. Se transportaba leña, productos del agro y manufacturas.

 

Cuando en 1889 la empresa del ferrocarril Santa Fe trazó su línea a Rosario, el señor Borghi solicitó que se construyera una estación en las tierras que llevaban su nombre . Más tarde la empresa del Ferrocarril Central Argentino obtuvo en donación el terreno necesario para trazar un desvío hasta la costa del río Paraná.

“Hoy, 28 de junio de 1892, autorizado por el gobierno de la provincia, la Compañía Francesa comenzará la construcción de una nueva estación ubicada en el kilómetro 147, denominada “Borghi”, en las tierras que donara a tal efecto el Sr. Domingo Borghi; como así también en ramal desde ésta hasta el Paraná. Su necesidad está dada para colaborar con el desarrollo demográfico y agrario de esta localidad, que en tiempos normales mueve una carga en el puerto de aproximadamente 40 mil toneladas anuales”, fragmento del artículo “Llega el progreso a Puerto Canaletas” del Diario Diálogo Ciudadano del día 28 de junio de 1892.

 

Parada los Granaderos

Recuerdan algunos la antigua “Parada de los Granaderos” ubicada en inmediaciones del ingreso al actual barrio que hoy lleva su nombre. Allí funcionaba el servicio de trenes de pasajeros del ferrocarril central argentino, que brindaba a Puerto Canaletas en ese entonces, un enorme y fundamental servicio.

 

“Las numerosas familias que ha poblado la zona y que hasta hoy solo contaban con los medios de transportes de tracción a sangre, podrán disfrutar de un traslado directo y cómodo a la ciudad del Rosario y localidades intermedias”, cuenta el diario de la época un 28 de junio de 1892.

Tierras de Don Borghi

El terreno, situado en el departamento San Lorenzo en el paraje en ese momento denominado “Bajo Hondo” perteneció a la antigua Junta de Temporalidades, organismo creado por el gobierno y que procedió al remate y venta de dichas tierras, que subdivididas y enajenada, pasó a varios propietarios.

La fracción de tierra adquirida por Domingo Borghi pertenecía a la Junta. La compra no la hizo directamente a ésta sino a otros colonizadores.

 

Domingo Borghi falleció a los 59 años de edad, en 1907 Sus restos descansan en el Panteón familiar, junto a su esposa, en el cementerio de la ciudad. Fue un visionario, y supo conjugar con trabajo y amor un pueblo que con el correr de los años se transformó en una gran ciudad.

Unos 130 años no son nada en la historia de una ciudad pero si son mucho para la vida de los hombres. Los mismos hombres que van dejando en su camino, sus pasos, sus huellas, su impronta y van construyendo la historia, esa misma en la cual, luego quedarán plasmados para siempre.

¡Feliz aniversario, Fray Luis Beltrán!

https://11noticias.com/noticias/F.L.Beltran/La-llegada-del-ferrocarril--el-punto-clave-en-la-fundacion-de-Fray-Luis-Beltran_21230.html

 

viernes, 3 de junio de 2022

Los túneles de La Merced: la faraónica obra que proyectaba unir dos provincias y jamás se finalizó

 3 de junio de 2022.

Por: Leandro Vescoñ

El plan contemplaba penetrar con dinamita, pico y pala el interior de las sierras del Gracián para conectar por vía férrea Catamarca con Tucumán.

 Santiago Filipuzzi - LA NACION.

 

LA MERCED, Catamarca.— “Todavía tenemos la esperanza de ver pasar el tren”, afirma Luis Carrizo, director de Turismo del Municipio de Paclín, que incluye a su ciudad cabecera, La Merced, un pequeño pueblo a 55 kilómetros de San Fernando del Valle de Catamarca. A solo 4000 metros de distancia de su pintoresca plaza existe un lugar que esconde un misterio que atrae a turistas y curiosos de todo el país: los túneles de la Merced, una faraónica obra que jamás se finalizó y que proyectaba penetrar con dinamita, pico y pala el interior de las sierras del Gracián para unir por vía férrea Catamarca con Tucumán. “Aún permanecen nueve túneles y muchos enigmas”, afirma Carrizo.

“La construcción tuvo muchos percances y se piensa que murieron alrededor de 60 obreros y nadie sabe dónde están enterrados”, afirma Carrizo. En 1943, Ferrocarriles Argentinos dio el visto bueno al ambicioso proyecto. El proyecto era hacer 20 túneles (luego fueron 15) dinamitando el corazón de la montaña. Fueron 400 trabajadores golondrinas los que llegaron de Bolivia, Paraguay y de varios puntos del país y trabajaron las rocas con herramientas muy básicas. “Las condiciones de trabajo no eran las mejores”, advierte Carrizo. ¿Los recursos? Palas, picos, mazas y dinamita.

La entrada de uno de los túneles.


El Ferrocarril Belgrano llegaba hasta la estación Superí, en La Merced, Catamarca, y del otro lado de la montaña estaba la Estación Rumi Punco, en Tucumán. Los túneles proyectados tenían como objetivo unir ambas estaciones y, de esta manera, dejar conectadas estas provincias; solo las separaba el cordón serrano y las yungas. “El plan era más ambicioso y pretendía unir Chile y conectar el NOA con el Pacífico; hubiera cambiado para siempre la realidad de la región”, afirma Carrizo.

Los números de la obra son incluso desmedidos para nuestra realidad del siglo XXI. Se planeaban hacer 20 kilómetros de vía a través de la montaña en una región selvática con vertientes, cascadas y una serie de cuestas y bajadas que volvían inaccesible la zona. “Se desconoce si hubo estudios previos, pero sabemos que empresas canadienses e inglesas asesoraron”, cuenta Carrizo.

 

En 1943, llegaron a la estación Superí 270 vagones con materiales. La obra tomó empuje gracias al empecinamiento del primer gobernador radical de Catamarca, Ramón Clero Ahumada, quien ya había insinuado en su segundo mandato (1920/24) la factibilidad de atravesar el cordón serrano. “Se creyó imposible hacerlo en los años 20″, afirma Carrizo.

Bajo el Gobierno de Perón, las grandes obras tomaron vigor en todo el país, el proyecto ferroviario de los túneles de la Merced cobró fuerza y durante 1943 hasta 1952, estuvo activo.

Algunos de los túneles están parcialmente inundados.


Las detonaciones para abrir la montaña se hacían en cadena. Se perforaban 50 puntos en el interior de la montaña, introducían la pólvora, el fulminante y se producía las explosiones consecutivas. Muchas cargas no explotaban y, cuando los operarios retiraban las rocas, lo hacían en forma espontánea; he aquí una de las razones de las numerosas muertes. “Lo curioso es que sus cuerpos no están en el cementerio local y no hay datos acerca de sus paraderos”, afirma Carrizo.

Mito local

El mito local da algunas pistas: los viejos pobladores dicen que algunos cuerpos fueron enterrados en el antiguo cementerio de Paclín Viejo, un poblado de la época colonial hoy deshabitado, a pocos kilómetros de La Merced, y que otros que están en el propio túnel o en las inmediaciones de ellos, en la selva.

La primera boca del primer túnel —el que está en La Merced, ahora dentro de las instalaciones del camping Los Túneles— demandó dos años en abrirse. Seis túneles se planificaron en Catamarca y tres en Tucumán. Se tenía pensado hacer seis más. Los que están, se pueden visitar con mucha precaución: muchos están tapados y algunos parcialmente inundados. “Es una zona de yungas y las filtraciones de agua han producido derrumbes”, cuenta Carrizo. También fue una de las causas del fracaso del proyecto.

El camino hacia el túnel atraviesa la yunga.


Rodeado de una vegetación impenetrable, el primer túnel aparece como un portal oscuro a lo desconocido. Diminuto, casi una ilusión óptica, un perturbador punto de luz blanca se ve a lo lejos, un punto de fuga que enmarca una perspectiva alrededor de la cual reina la más absoluta oscuridad. Es la boca de salida del túnel que tiene una colosal extensión de 2080 metros. No existe una obra comparable en el país. “Demandó siete años en construirse”, atestigua Carrizo.

1950 se lee en un escudo en lo alto del túnel. Como si la propia estructura tuviera vida, la vegetación no la ha podido tapar. Cada pequeño sonido que se produce dentro de él, se amplifica en una interminable y deformada secuencia de ecos. A medida que se camina en su interior, la propia respiración retumba contra las heladas paredes.

Los demás túneles son más pequeños, con dimensiones que van desde los 40 a 150 metros de longitud.

Los túneles pretendían unir bajo por tren Catamarca y Tucumán.


Cuando se pensó la obra se creía posible dominar la naturaleza. La boca abovedada del primer túnel tiene cinco metros de ancho por ocho de alto, en sus costados hay canaletas, llamadas parabalastos que se pensaron para que corriera el agua de las filtraciones de la montaña. “Pero nunca pensaron que hubiera tantas, el agua comenzó a aparecer en todas partes”, cuenta Carrizo.

“Es agua potable que usamos en La Merced”, sostiene Carrizo, señalando el pequeño río subterráneo que baja desde el túnel. Hasta hace cinco años, se lo podía atravesar en auto. Una gran lluvia produjo el nacimiento de una cascada en mitad del trayecto. La temperatura baja hasta diez grados en su interior. Hay sectores en los que se puede caminar, otros en donde es necesario hacerlo en los parabalastos y apoyar las manos en las paredes, no es una tarea fácil. La humedad es intensa y brota de las paredes. En algunas partes hay huecos, hendiduras en la construcción, algunas pequeñas, otras más grandes, cuya finalidad es inexplicable. “Se supone que allí descansaban los obreros o se protegían de las explosiones”, afirma Carrizo.

Nueve años

De los nueve años que en los que estuvo activa la obra, se trabajó en tres turnos rotativos durante todo el día. Al final del primer túnel, en un lugar conocido como Cuesta del Totoral establecieron su campamento los más de 400 obreros. Se improvisaron casillas, carpas y algunos dormían bajo los árboles, a la intemperie. Se trató de un trabajo precarizado. “Ganaban para pasar el día, a algunos solo le alcanzaban para la comida”, cuenta Carrizo.

La empresa Sallazo Hermanos estuvo a cargo de la construcción, bajo el mando del ingeniero Juan Sandrín.

Las filtraciones de agua fueron uno de los mayores problemas que enfrentó la obra.


“Muchos datos se han perdido de la obra y de lo que pasó en aquellos años —reconoce Carrizo—. Los primeros en querer conocer más somos nosotros, quienes crecimos con los túneles”.

“Hay personas que han tenido información y no la han compartido”, dicen.

Los túneles forman parte de la identidad de La Merced. La diversión de los jóvenes mercedinos era llegar hasta el primer gran túnel e intentar atravesarlo. “Entonces no teníamos linternas y la oscuridad era total. Nuestros padres decían que no fuéramos porque quizá no pudiéramos volver a salir”, recuerda.

¿Por qué fracasó el proyecto? “Las filtraciones de agua fueron más de las esperadas y porque no hubo acompañamiento político a lo largo de la obra”, afirma Carrizo.

En 1970 Ferrocarriles Argentinos cedió los terrenos a Vialidad Nacional para la construcción de la actual ruta nacional 38, la vía de conexión entre Catamarca y Tucumán. El sueño ferroviario murió en aquel año.

La rudimentaria cartelería que hay hoy; prevén cambiarla.


“Desde siempre los túneles estuvieron atravesados por el misterio —afirma Carrizo—. Nadie se animaba a cruzarlos enteros”. Acampantes, youtubers y visitantes dicen oír voces y ver figuras blancas cuando sacan fotos. “Nosotros no descartamos nada”, confiesa Carrizo.

El turismo los ha puesto como uno de los destinos más atractivos de Catamarca, y La Merced tiene una buena oportunidad para crecer. Para la temporada de invierno harán senderos e incluirán cartelería, además de modernizar el camping que tiene conexión directa con el primer y más extenso de los túneles.

“Nos queda siempre la sensación de lo que pudo haber sido si la obra se hubiera terminado —manifiesta Carrizo—. No me canso de caminarlos, siempre encuentro algo nuevo, y soñamos con poner al menos una zorrita”, afirma.

Hay semanas que los visita hasta diez veces. A pesar de que están abiertos, solo el primero es seguro caminarlo y con linterna: los demás tienen filtraciones y hay que hacerlo con un guía. “Son todo un misterio”, concluye Carrizo.

https://www.lanacion.com.ar/sociedad/los-tuneles-de-la-merced-la-faraonica-obra-que-proyectaba-unir-dos-provincias-y-jamas-se-finalizo-nid03062022/


miércoles, 1 de junio de 2022

Llegada del ferrocarril a San Juan

 1/06/2022.

Por: Gustavo Trigo.

En el decreto firmado por Urquiza el 5 de septiembre de 1854 se reconoce el valor político de las vías de comunicación. En sus considerandos dice que “una de las más premiosas obligaciones del Gobierno Nacional, es dotar a la Confederación de vías públicas que activen el comercio de unas provincias con otras, den valor a la producción, faciliten la población del territorio y contribuyan a realizar la constitución política que se ha dado y que entre las obras que sobre caminos pueden emprenderse, ninguna es más importante que la del ferrocarril entre la ciudad de Rosario y Córdoba. En marzo de 1870, los rieles llegan a la ciudad de Córdoba.

Es necesario mencionar la construcción de dicha línea férrea ya que desde ella se desprenderían dos líneas subsidiarias de relevante importancia como son la línea desde Córdoba a Salta y la línea que llegaría a San Juan partiendo desde Villa Nueva (localidad contigua a Villa María)

En febrero de 1870, el gobierno nacional firma un contrato con John Simmons para la construcción de la primera etapa de lo que sería el Ferrocarril Andino: Villa Nueva – Rio Cuarto

La segunda etapa del Ferrocarril Andino (Rio Cuarto – Villa Mercedes) se inaugura en octubre de 1875 en presencia del presidente Avellaneda.

Los 511 kilómetros de la tercer etapa de esta línea férrea (Villa Mercedes – Mendoza – San Juan), fueron estudiados, construidos y administrados por técnicos argentinos. La construcción de este tramo fue la más barata de todas las obras férreas que se realizaban en ese momento. El presidente Julio A. Roca lo destaca en un mensaje en mayo de 1881: “En octubre de este año, habrá llegado la locomotora a San Luis y en abril del ´83 podremos inaugurarla hasta San Juan. Sera la vía mejor construida, la más barata y la primera que se realiza íntegramente en la Argentina por ingenieros argentinos”

Como toda obra, sufrió demoras en su construcción. El día 12 de abril de 1885 el presidente Julio Argentino Roca llego a San Juan dejando inaugurado el último tramo del Ferrocarril Andino.

De este modo, San Juan quedaba conectada, por medio de los rieles, con las principales ciudades del país. Esto significaba reducir enormemente el tiempo de viaje entre San Juan y (por ejemplo) Buenos Aires. La producción local podía ser vendida en Córdoba, Buenos Aires o colocarse en el puerto de Rosario.

Es indudable e innegable la importancia del ferrocarril en la provincia de San Juan tanto para la economía como para la sociedad toda.

Con el paso de los años, se construiría un ramal hasta Marquesado, otro a Caucete (partiendo desde Cañada Honda y pasando por Media Agua, Tupeli, Las Casuarinas y Santa Rosa) el que luego se extendería hasta Albardón.

También se construyó el denominado Circuito San Juan que partía desde la Estación San Juan (más conocida como estación San Martin) tomando hacia el oeste (ramal a Marquesado) hasta la estación Desamparados (actual Parque de Rivadavia); desde este lugar tomaba hacia el nor-este para pasar por distintas bodegas (Maravilla, Graffigna, CAVIC), luego tomaba hacia el sur hasta la estación Santa Lucia (actual Skate Park – plaza Di Stefano), posteriormente, este circuito continuaba hacia el sur para pasar por la estación Trinidad (cruce de la actual av. de Circunvalación y Gral. Acha) y finalmente, empalmar con la vía que ingresaba a la estación cabecera.

De todo ese esplendor ferroviario, hoy solo queda la vía que parte desde Albardón. El tren que parte desde dicha estación, llega a la estación Cañada Honda par luego continuar su viaje hacia Mendoza y Buenos Aires.

https://www.diariohuarpe.com/nota/llegada-del-ferrocarril-a-san-juan-202261000