lunes, 6 de marzo de 2017

En la playa ferroviaria de Ingeniero White

6/03/17.

En la segunda parte de la década de los años 50, el personal de cambistas había gestionado y logrado la provisión de elementos de protección, consistentes en capas para lluvia, guantes y botas de goma, indispensables, especialmente en la época invernal, por las continuas lluvias y la humedad acumulada en el pasto que crecía dentro de la trocha y en los senderos entre las distintas vías.



Los apuntadores en playa por su parte, carecían de algunas de esas protecciones, lo que determinaba que en cada salida a tomar los trenes que arribaban o habían sido formados para su oportuna salida, los compañeros volvieran con el calzado y parte del pantalón completamente empapados.

Con integrantes de la comisión de reclamos, con  Eduardo Lalaurette a la cabeza, decidimos comenzar reclamos a la empresa de EFEA. En la Unión Ferroviaria,  seccional Ingeniero White, recibimos el asesoramiento y apoyo incondicional del compañero Enrique Acevedo.

Tipiado de esténcils  y mimiógrafo sin cesar llenaron varias de nuestras tardes, en la confección de circulares a compañeros de otros lugares el Ferrocarril Roca. A poco todas las partes que sufrían en mismo problemas, estaban notificadas de nuestra gestión  y con ello logramos un importante avance.

Las primeras respuestas de la  superioridad, por supuesto, fueron negativas. Hubo reuniones, sin resultados y comenzaron las medidas que se habían previsto.

En presencia de lluvias, fuera un chubasco o una tormenta o cuando la noche dejaba gotas de rocío en el pasto, ningún apuntador salía a realizar su labor. Por su parte otros compañeros que realizaban censos diarios del material rodante, también suspendía su trabajo y se paralizaba tanto la entrada y salida de trenes de carga como la información estadística que necesitaban las oficinas comerciales y de control para su ordenamiento regional.



Se intentó minimizar el impacto de la “medida de fuerza” reemplazando al personal actuante con funcionarios de jerarquía, que pretendieron suplir la emergencia. Un detalle importante, ese personal que llegaba a debilitar el impacto de la medida, llegaba vestido con botas de gomas, trajes y sombreros para lluvia, lo que fue determinante como argumento en las reuniones posteriores, como otro de los argumentos que inclinaron la resolución a favor de los apuntadores  en playa.

Poco tiempo después los reemplazos en ese trabajo, provocaron incertidumbre en la eficiencia del servicio ferroviario de cargas y dejaron en claro la realidad y justicia del pedido hasta desde los propios testimonios de aquellos que llegaron a desactivar el reclamo.

De esta manera los apuntadores en playa y todos los que desarrollaban actividades similares en el Ferrocarril Roca, tuvieron los elementos de protección personal, para asegurar no sólo la seguridad y salud personal, sino como un símbolo de la unidad gremial y la identidad ferroviaria.

https://tangomias.wordpress.com/2017/03/06/en-la-playa-ferroviaria-de-ingeniero-white/

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