sábado, 14 de abril de 2012

Historias traspasadas por el ferrocarril


Edición del Sábado 14 de abril de 2012
La autora reflexiona sobre el aporte del ferrocarril para el desarrollo de la zona norte de nuestra provincia, especialmente en la antigua Fives Lille, hoy Vera y Pintado. También recuerda anécdotas de los bailes en los galpones ferroviarios y lo que significaba la llegada del tren en esa comunidad.
TEXTOS. GLORIA DAYER DE VANETTI.

Los antecedentes de nuestros ferrocarriles datan del año 1857, cuando se inaugura en Buenos Aires el primer ferrocarril argentino que circulaba dentro de la misma ciudad, máquina que fuera denominada “La Porteña”. Se habían adquirido en Inglaterra dos locomotoras, la ya citada y otra que llamaron “La Argentina”, junto a algunos vagones.

Hasta mediados del siglo XX, la estación llevó el nombre de Fives Lille, cambiando luego por el de Guaraníes.


Para construir el ferrocarril se había constituido, en septiembre de 1853, una sociedad integrada por destacados vecinos de la ciudad, dispuestos a aportar el capital necesario para llevar adelante la obra. Ésta se llamó Sociedad Anónima del Camino del Hierro de Buenos Aires al Oeste. La finalidad era dar a la Nación un nuevo medio de circulación.

La historia del transporte es también la del crecimiento urbano, económico y cultural. Paulatinamente, se fue extendiendo al resto de las provincias y el país comenzaba a unirse gracias a este invento a vapor. La Porteña realizó su viaje inaugural el 29 de agosto de 1857.

Por aquellos años, tres presidentes argentinos se caracterizaron por su interés en construir vías férreas: Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874), Nicolás Avellaneda (1874-1880) y Carlos Pellegrini (1890-1892), extendiendo el servicio ferroviario a varias provincias.

Otros hombres de nuestra historia plasmaron con sus conceptos el valor estratégico del ferrocarril para el desarrollo de la Nación: Juan Bautista Alberdi había expresado: “La unidad política debe empezar con la unidad territorial; para conseguir esto sólo hay un medio, el ferrocarril; él hará la unidad de la República Argentina”. Sáenz Peña manifestaba: “El progreso de la agricultura fue más obra del riel que del arado”.

EMPRESA METALÚRGICA FIVES CAIL BABCOK

En el año 1892, se funda en el pueblo de Lille Fives, Francia, la metalúrgica Fives Cail Babcock, que toma un gran impulso en la segunda mitad del siglo XIX. Construye en Europa ramales ferroviarios, se dedica a la fabricación de rieles, estructuras metálicas para la construcción de puentes y torres. Era la principal firma francesa especializada en la producción de material ferroviarios y maquinaria pesada.

Cuando en 1866 se autoriza por ley provincial la construcción de la línea férrea desde Santa Fe a Reconquista, la provincia arrienda su construcción a esta compañía, que ya venía invirtiendo en Argentina al construir la Estación Central del Ferrocarril Santa Fe, conocida como La Francesa (actual terminal de ómnibus Manuel Belgrano, demolida y modificada).

Alrededor del año 1900, el Ferrocarril Santa Fe fue concesionado a capitales franceses. La Compañía Francesa de Ferrocarriles se había constituido en diciembre de 1888 y estaba encabezada por la Metalúrgica Fives Cail.

Era común, a principios del siglo XX, que los países de Europa Occidental formaran alianzas económicas estratégicas para realizar grandes inversiones. Francia, Bélgica y los Países Bajos (Holanda y Luxemburgo), quienes en algún momento habían formado una alianza, se unieron y la firma -que hasta entonces pertenecía a capitales franceses- entre los años 1900 y 1914 pasó a llamarse Paribas (la Banca de París y los Países Bajos).

Hasta 1906 hubo un importante aumento de la carga cerealera proveniente de las regiones agrícolas de Santa Fe y Córdoba. Posteriormente, el rubro más importante pasó a ser el forestal; y el crecimiento del tráfico de madera fue importante.

Durante la Primera Guerra Mundial, al interrumpirse el flujo de inversiones externas, cierra esta etapa de expansión de la compañía francesa. Los cambios en la provincia de Santa Fe ante la Primera Guerra Mundial también se vieron comprometidos. Quedó afectado severamente el comercio exportador de carnes y cereales.

El ferrocarril francés tuvo dos etapas y una fue la de expansión, conforme al crecimiento de la Argentina agroexportadora. La prolongación de las líneas acompaña la primera etapa de colonización del centro-norte de la provincia de Santa Fe, potenciando en las regiones menos pobladas el asentamiento y explotación de tierras.

La otra etapa fue la de la modernización, en que Santa Fe cambia su imagen colonial tradicional. La metalúrgica Fives Cail Babcock, situada en Lille Fives, Francia, trabajó por espacio de 130 años, desde 1862 en que fue fundada hasta 1992, cuando cerró definitivamente. Actualmente, están abocados a llevar adelante un proyecto para convertirla, a futuro, en un espacio cultural y de esparcimiento.

LLEGADA DEL FERROCARRIL AL PUEBLO DE FIVES LILLE

El servicio de ferrocarril queda habilitado al público el 1º de septiembre de 1889. Si bien en esta fecha ya se contaba con este medio, el edificio de la estación aún no estaba construido. Éste fue levantado luego en terrenos donados por los Hnos. Cabal e inaugurado a mediados de julio de 1891, fecha que se toma como fundación del pueblo.

Hasta mediados del siglo XX, la estación llevó el nombre de Fives Lille, cambiando luego por el de Guaraníes. Si bien los indios guaraníes no habitaron la zona, de acuerdo a la regionalización dada como referencia en antiguos mapas, estos grupos ocupaban casi medio continente de América del Sur. Habían alcanzado una gran expansión territorial, llegando a ocupar espacios en la zona del litoral.

Es probable que el nombre de Guaraníes dado a la estación haya sido atendiendo a estas referencias. La llegada del ferrocarril dio origen a muchos otros pueblos que se fueron formando en torno a sus estaciones, a lo largo de su recorrido y crecieron fortalecidos con su llegada. Sus vagones penetraban el desierto e introducían la civilización, convirtiéndose en el principal motor de nuestro desarrollo.

Logró transformar la vida favoreciendo a la agricultura, el comercio, la industria y trajo aparejada la civilización. Su llegada a la zona produjo un gran movimiento económico. Había alterado la fisonomía del paisaje y el progreso daba sus primeros pasos en medio de grandes extensiones de generoso vientre.

Los colonos que poblaban los campos trasladaban las bolsas de cereal en caros tirados por caballos hasta la estación del ferrocarril, donde eran almacenadas en galpones de chapas, construidos paralelos a las vías, a la espera de vagones que llevarían la producción a las ciudades y puertos.
Entre los años 1940 y 1950, algunos productores pudieron adquirir otras movilidades como las “chatitas” que hacían al progreso de la época. El permanente ajetreo de carros, chatas, obreros y trenes reflejaban el trabajo del hombre de campo, que con menos adelantos pero mayores esfuerzos contribuyeron a la construcción del país.

NACIONALIZACIÓN Y OCASO

El 14 de diciembre de 1946, el gobierno nacional presidido por el General Juan Domingo Perón, firmó el convenio de compra de los ferrocarriles de capitales franceses. El 1º de marzo de 1948 se realizó el acto simbólico de la toma de posesión de los ferrocarriles y, en octubre del mismo año, las distintas líneas recibieron los nombres de Roca, San Martín, Sarmiento, Ferrocarril Patagónico y Belgrano.

Esta última cubría el recorrido hacia el interior del chaco santafesino que pasaba por el entonces Fives Lille. Era la más extensa de la red ferroviaria argentina.

Luego de la nacionalización de los ferrocarriles, la Nación dispuso que todas aquellas estaciones que llevaran nombres extranjeros debían ser cambiados por nombres autóctonos. Es así que el pueblo desde su creación y la estación de ferrocarril -que hasta entonces llevaba el nombre de Fives Lille- en el año 1951, el pueblo pasó a llamarse Vera y Pintado, mientras que la estación de ferrocarril se denominó Guaraníes.

La política de entrega llevada adelante en la década de 1990 por el gobierno nacional hizo que se privatizaran empresas estratégicas para el progreso y la seguridad del país, entre ellas, Ferrocarriles Argentinos.

Este eslabón de entrega del patrimonio nacional llevó a la agonía a poblaciones que se habían visto fortalecidas con la llegada del ferrocarril. En nuestro pueblo, el 3 de julio de 1991, una comunicación ordenaba el cierre “provisorio” alegando la falta de personal. Era el principio del fin. Un siglo de existencia: julio de 1891-julio de 1991.

La metalúrgica Fives Cail Babcock, situada en Lille Fives, Francia, trabajó por espacio de 130 años, desde 1862.

La porteña realizó su viaje inaugural el 29 de agosto de 1857.
Fuentes de información
• Archivo fotográfico del Ferrocarril Santa Fe (1891-1948).
• Marielle Leroux y Madeleine Sergeant. Lille Fives, Francia.
• Notas de El Litoral publicadas por Andrés Andreis.

Un espacio para la nostalgia

En nuestra comunidad, el arribo del tren era todo un acontecimiento. El pito anunciaba su llegada y nos convocaba a buscar el diario, el Mundo Infantil, el Billiken, la última revista de tejidos, una encomienda o a esperar una correspondencia que el cartero -con su saca- se disponía a retirar y clasificar. Muchas veces nos sentábamos en sus bancos largos de madera maciza, sólo para ver a su paso algo distinto. Cuando eran convocados los jóvenes para cumplir con el servicio militar, los vagones venían repletos y se sumaban a ellos otros jóvenes de la localidad que llegaban a la estación acompañados por padres, hermanos, familiares y amigos, luego todos despedían al viajero con recomendaciones y lágrimas.

Las familias que venían viajando desde el norte y se dirigían a Santa Fe, demoraban muchas horas para llegar a destino por lo que era habitual que se llevaran la comida para el viaje: el equipo de mate, pan, pollos o gallinas hervidas y nunca faltaba un cantor y guitarrero o un acordeonista que hacía más llevadero el viaje con su música.

Algunos llevaban en cajas de cartón -agujereadas en su tapa- animales pequeños, pájaros, mascotas, que con el bullicio sus voces pasaban inadvertidas. Desconozco si existían disposiciones al respecto pero, si las había, no se respetaban.

Para entonces, los clubes no contaban con locales para sus fiestas. Los bailes y obras de teatro preparadas por aficionados se realizaban en los galpones de chapas que se levantaban al costado de las vías, donde se improvisaba el escenario con tambores y maderas colocadas sobre ellos. Como los galpones eran destinados para depositar bolsas de cereales y nunca se encontraban vacíos, colaboradores y vecinos, en vísperas de su utilización, apilaban las bolsas en una punta del galpón y eran tapadas con lonas para conservar la estética del lugar. Luego se barría y se regaba el piso para asentar el polvo. Los techos eran demasiado altos para limpiar las telarañas pero la poca luz con que se contaba no las dejaba ver. En los bailes, los primeros acordes de la orquesta espantaban las alimañas y las ratas corrían por los tirantes. Los galpones de chapas que se utilizaban eran cedidos a préstamo por acopiadores de cereales del pueblo. En los meses de intenso frío, entrar a los galpones para asistir al baile era como abrir hoy las puertas de una heladera y sentarse dentro de ella.

Para aplacar el frío se distribuían en distintos sectores medios tambores con brasas encendidas que permitían un ambiente más cálido. Quienes llegaban temprano ocupaban todos los lugares que circundaban a los tachos.
La llegada de familias completas que venían en carros, jardineras y chatas desde la colonia, a la que se sumaban vecinos del pueblo y de localidades aledañas que colmaban el lugar cambiaban la temperatura del ambiente. La helada caía sobre el techo y hacían transpirar las chapas que caían como goteras entre los asistentes.

Eran tiempos en que se trabajaba mucho para organizar algo porque se carecía de todas las comodidades de las que hoy disponemos, pero nos resultaba natural; ya lo teníamos incorporado y las fiestas resultaban todo un éxito. El ferrocarril daba a mi pueblo y en ese entorno nos movilizaba.

http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2012/04/14/nosotros/NOS-15.html

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