sábado, 12 de septiembre de 2020

El barrio de los chalets de Domingo Mercante (Bahia Blanca)

12/9/2020.

Por: Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

Obra de Costa Varsi-Sconamiglio.
Se trata de un conjunto de 40 viviendas, recostadas sobre Drago al 1900, en su época mencionada como “el camino a Punta Alta”. Es el típico modelo californiano adoptado entre 1949 y 1952.

Cada unidad fue financiada para ser pagada en 30 años. Las entregas se hicieron en etapas, entre 1950 y 1953. / Fotos: Jano Rueda-La Nueva y Archivo LN.



No es simple identificar hoy aquel barrio inaugurado en 1950 en cercanías de la exestación de trenes del ferrocarril Rosario-Puerto Belgrano, bautizado Coronel Domingo Mercante (1898-1976), uno de los 150 barrios construidos en la provincia, en una de las administraciones de gobierno bonaerense  más prolíficas de la historia.

   Se trata de un conjunto de 40 viviendas, recostadas sobre calle Drago al 1900, en su época mencionada como “el camino a Punta Alta”, que siguen el típico modelo de chalet californiano adoptado por el gobierno peronista entre 1949 y 1952 para la mayoría de sus obras, tanto en el ámbito nacional como bonaerense.

   La construcción estuvo a cargo de la firma Costa Varsi-Sconamiglio y los aspirantes, debidamente evaluados,  surgían a partir de una cuidadosa evaluación de cada familia y un posterior sorteo que generalmente se realizaba en la municipalidad.





Cada unidad fue financiada para ser pagada en 30 años. Las entregas se hicieron en etapas, entre 1950 y 1953, aunque algunas recién fueron entregadas a fines de la década del 50.

   Dos barrios similares fueron construidos en la época, bautizados cada uno como barrio Oberro, en Ingeniero White y en General Daniel Cerri, totalizando entre los tres un total de 135 viviendas.

   Sólo el de Bahía Blanca llevó el nombre de Domingo Mercante, designación que desapareció apenas Mercante terminó su segundo período como gobernador, en 1952. De ser el hombre más cercano a Perón y a su mujer Eva Duarte, fue testigo de casamiento, pasó a ser un proscripto dentro de su propio partido.



 

Su expectativa de ser el sucesor de Perón lo puso en el peor de los lugares. Su nombre fue prohibido y toda su obra borrada de la memoria. Su sucesor como gobernador, Carlos Aloé, mandó quitar más de 600 placas colocadas en escuelas, hospitales, clubes y barrios que daban cuenta de haber sido ejecutadas durante su administración.

   En 1953 fue expulsado del PJ y encarcelados todos sus ministros, entre ellos su hermano Raúl y los bahienses Miguel López Francés y Julio César Avanza.



Las casas del barrio obrero son pintoresquistas, estilo que se asocia con el chalet, de paredes blancas o muros de ladrillos a la vista y cubierta de tejas. Se los mencionaba como chalet californianos, inspirados en el modelo de las misiones jesuíticas de ese país norteamericano.

Fue la propia Eva Duarte de Perón quien se inclinó por este tipo de vivienda, desarrollado, por caso, en Ciudad Evita. Lo prefirió antes que cualquier diseño del movimiento moderno, casas prefabricadas, en bloques, de volúmenes puros y blancos. El chalet californiano era, en esa época, un sinónimo de estatus y, curiosamente, el elegido por las clases medias y altas.




 “La gente va al cine y ve esas casitas. Yo quiero cumplirle el sueño a la gente”. Eso contestó Eva cuando algunos funcionarios le cuestionaron el modelo, llamado a convertirse en el emblema de la casita justicialista, que Mercante también adoptó.

   La historia refiere que Francisco Bullrich, representante de varias empresas de construcción premoldeada, intentó convencer a Eva asegurándole que con monobloques prefabricados podía construir 50 unidades con el dinero equivalente a un chalet californiano.

 



 Cuando Eva le preguntó cómo eran estéticamente, Bullrich le contestó “como una vivienda obrera, casas de pobres”. Fue la respuesta incorrecta para que la mujer de Perón confirmara su deseo de dar a los trabajadores una casa como las que usaban los más pudientes.

   La leyenda urbana intentó luego denigrar esa decisión y estigmatizar a sus ocupantes. Se decía que los mismos se encargaban de quitar el parqué para usarlo para calefaccionarse y que criaban gallinas en la bañera. Un absurdo completo.

Un generoso terreno

   Desarrollado en cuatro manzanas, con una calle interior y singulares pasajes peatonales, el barrio Obrero ha perdido gran parte de aquella fisonomía de 1950, de casas iguales y alineadas.

  Quedan contados chalets originales, suficientes no obstante para advertir su diseño primitivo, su generoso terreno y su patio. Muchos han sido ampliados y modificados, les han cambiado tejas por chapas y hasta le han sumado un piso alto.

Eva, Perón y Mercante se inclinaron por estas viviendas.

   El nombre de Domingo Mercante asignado al conjunto duró apenas un par de años. Ya en 1953 se lo mencionaba como barrio Obrero y una ordenanza de 1958 lo renombró Villa Rosario.

   La gente lo menciona generalmente como Obrero y nunca falta quien refiera aquel primer nombre de Mercante.

 



El nombre de Domingo Mercante asignado al conjunto duró apenas un par de años. Ya en 1953 se lo mencionaba como barrio Obrero y una ordenanza de 1958 lo renombró Villa Rosario.

   La gente lo menciona generalmente como Obrero y nunca falta quien refiera aquel primer nombre de Mercante.

https://www.lanueva.com/nota/2020-9-12-6-30-36-el-barrio-de-los-chalets-de-domingo-mercante


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